domingo, 24 de junio de 2012

No preguntes pero ven...


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No preguntes pero ven...
No preguntes pero acercate..
No preguntes pero dame...

Regálame tus caricias...
Regálame tus sensaciones...
Regálame tus besos...

Entrégame lo que me pide el alma...
Entrégame lo que me pide el cuerpo...
Entrégame lo que me pide mi ser...

Ven y dámelo..
Ven y regálamelo
Ven y házmelo...

Sin palabras..., sólo porque lo necesito...
Sin palabras..., sólo porque así me siento...
Sin palabras..., sólo porque quieres...

El silencio llama al deseo...
El silencio llama al placer...
El silencio te llama...

domingo, 10 de junio de 2012

60 minutos


60 minutos es ese tiempo que contratamos, ese espacio temporal en que queremos vivir algo atemporal.

 
En 60 minutos el mundo desaparece y sólo queda ella, con sus palabras, miradas, caricias, placer y todo lo que sepa darnos para hacer que nada más importe, para hacer que 60 minutos cobren la intensidad de una vida... Y con esa idea en la mente, deseamos, soñamos, esperamos, pretendemos que ella consiga en ese corto espacio de tiempo hacer y conseguir lo que en otras ocasiones no han conseguido otras con todo el tiempo del mundo por delante...

No nos conoce, no sabe de nosotros ni de nuestra vida, no sabe de nuestros gustos ni de nuestro modo de ser, pero a pesar de ello, en esos 60 minutos consigue adentrarse en nosotros y hacer que sintamos que somos el hombre más deseado, el hombre más querido, el hombre que mejor las ama, el hombre que las tiene embelesadas...

En 60 minutos nos lleva de no conocerla a hacer que la sintamos como la mujer que más nos ha hecho sentir y gozar del placer sin olvidar hacernos sentir los más especiales...

En tan poco tiempo consigue tanto, en tan breve espacio temporal nos lleva a perder la noción de ese mismo tiempo...

Siempre hay un antes, siempre hay un inicio, siempre hay un acercamiento, siempre hay un camino que nos lleva hasta ahí. Y ese antes, ese inicio, ese acercamiento, ese camino puede ser más o menos largo y lleno de detalles y señales que nos indiquen como vamos a vivir ese encuentro, o que nos haga desear que exista ese encuentro. Pero sea como sea, todo ese prólogo no es más que eso, un prólogo para unos 60 minutos en el que mundo se resume en ella y nosotros.

Un tiempo que conlleva una llegada, una presentación, unas primeras palabras, un acercamiento, un avanzar, un intimar, un entregarse, un llegar, un ser dos en uno, un finalizar, un separse, un recuperar la realidad y un despedirse.

Llegamos muchas veces sin pensarlo, sin ser conscientes de ello y de eso, pero lo cierto es que ella si... y por eso es ella la que en 60 minutos sabe que ha de hacer todo y más para que sean los mejores 60 minutos de nuestra vida...

60 minutos es ese tiempo que contratamos, ese espacio temporal en que queremos vivir algo atemporal.

Y no pensamos que a lo mejor esperamos demasiado de tan poco tiempo...