sábado, 3 de septiembre de 2011

Me invitas a tomar una copa?


¿Me invitas a tomar una copa?

Esa es la pregunta clave para que en un club, la relación entre ella y el avance hacia donde las dos partes quieran llevarla...
Pero esa pregunta, depende de como, de cuando, o de porque se hace puede ser también el detonante para que la relación muera y no se lleguen a situaciones mas cálidas y potencialmente deseadas...

A mi personalmente me gusta que esa pregunta llegue en el proceso de una liturgia de falsa seducción..., donde miradas, frase coquetas, risas insinuantes lleven a que la respuesta sólo pueda ser si... Y es más, lo mejor aún es cuando puedo ser yo el que tras ese juego ofrezco esa copa sin que medie la pregunta, aunque eso pasa poco porque la profesional siempre siente que debe hacerla, para saber si su esfuerzo lleva el camino correcto...

Admiro a las mujeres que saben conducir la conversaciçon hacia una efectividad casi total y que todos les digan SI..., porque demuetsran que ademas de una potencial belleza, tienen una capacidad mental y sensual que las lleva a ser inevitablemente invitadas...

No soporto a la chica (mas que a la chica a la situación) que llega y con sólo decirte su nombre ya ye pide una copa, porque aunque seguro que en ocasiones le funciona... dudo que le permita ser tan "socialmente" aceptada por la clientela y sin duda.. pierde copas, dinero y oportunidades. Pero de todos modos las entiendo y respeto...

¿Me invitas a tomar una copa?. Esa es la gran pregunta y ese es el gran momento d ela primera decisión... que te lleve al paraiso momentáneo o a un tiempo perdido...

¿Quién quiere que la invite a tomar una copa...?. Será el camino a ese paraiso deseado...





2 comentarios:

  1. Sin duda alguna, el juego de la seducción es el más importante entre dos personas que, buscan
    un rato especial y divertido. Si para ligar es necesario, como profesionales del sexo, debemos llevarlo en la sangre.
    Conozco a algunas personas que, soy seductoras natas. Hombres y mujeres.
    Te atrapan, te fascinan, te incitan, te provocan con apenas una mirada. O un roce. O un susurro.
    Tal vez sea un guiño, o una caída de párpados, o una sonrisa pícara. Quizá el mesarse el cabello con sensualidad...
    Lo llevan en la sangre y les sale de manera natural. Pero también se aprende.
    Y, aunque jamás he estado un club, cosa que me encantaría, imagino que la seducción por parte de ambos,
    pero sobre todo por parte de la profesional, debe ser su sancta sanctorum.

    Si me acerco a ti, desde lejos, sonriendo, mirándote a los ojos, despacio y suavemente, dejando que me veas,
    paseando mi marida por tu cuerpo de arriba a abajo y paso cerca de ti para dejar que el aroma de mi perfume llegue hasta ti...
    ¿me invitas a una copa?

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  2. Mi muy querida Paula... una copa contigo siempre es poco..., para ti y ese insinuante acercamiento... siempre sería una cena con copa final...

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